El momento del crepúsculo como una manta bajo los pies, cubre las grietas y sostiene la psique de la persona. Lava los estragos del día y la eleva a lo más cercano que puede sentirse de la seguridad. Esa seguridad que vuelve a quebrarse con el nuevo día y que se viste de sonrisas forzadas y escasos momentos de verdadera comodidad. Ganas de gritar y que el mundo se pare por un momento.
Yo un día consideré hacerle la eutanasia a un pez moribundo metiéndolo en un congelador. Desde entonces soy conocida como la Matapeces. Ya sabéis lo que dicen del pobre que mató un gato, por un gato fue nombrado Matagatos. Éste es mi primer blog. En él puede que escriba sucesos reales, inventados, soñados o ¡¿Quién sabe?! Quizás nunca maté un pez.
miércoles, 26 de febrero de 2014
RealidadVsSueño
Cuando los párpados caen bajo el peso de la realidad en el crepúsculo, saben que cuando amanezca volverán a abrirse a ella. Es como un círculo vicioso; realidad-sueño-realidad. Un triángulo en donde en el centro, está la persona. El cansancio se acumula de tanto evitar romper con lo que pesa en la dimensión de la realidad.
El momento del crepúsculo como una manta bajo los pies, cubre las grietas y sostiene la psique de la persona. Lava los estragos del día y la eleva a lo más cercano que puede sentirse de la seguridad. Esa seguridad que vuelve a quebrarse con el nuevo día y que se viste de sonrisas forzadas y escasos momentos de verdadera comodidad. Ganas de gritar y que el mundo se pare por un momento.
El momento del crepúsculo como una manta bajo los pies, cubre las grietas y sostiene la psique de la persona. Lava los estragos del día y la eleva a lo más cercano que puede sentirse de la seguridad. Esa seguridad que vuelve a quebrarse con el nuevo día y que se viste de sonrisas forzadas y escasos momentos de verdadera comodidad. Ganas de gritar y que el mundo se pare por un momento.
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