A veces me descubro deseando vivir en un
mundo más verde. Y con ello no hago alusión a la connotación de pervertido. Me
refiero a un mundo más amable con el medio y la naturaleza. Un mundo que se
adapte a la tierra, a los árboles; ¿se imaginan viviendo en hermosas casitas
enclavadas en la roca? ¿O integradas en los árboles sin dañarlos? Sería una
hermosa realidad, donde disfrutásemos de los bosques y ríos, donde se hiciesen
fiestas en los claros, con música celta o folk a la luz de la luna, sin el
mundano ajetreo. Sería…Eso, un bonito sueño.
Dicen que los sueños, si los deseas
mucho, se cumplen. Ya pasó esa época donde la magia existía entre los clanes,
pero ahora ésta, vive en los libros, las canciones, en nuestros corazones…Quizá
no sea demasiado tarde para hacer uso de ella y parar toda esta gran pantomima
que es el mundo. Quiero que se pare el reloj y pensemos en qué queremos y cómo
llegar hasta ahí, sin doblegar nuestro sueño
ni caer en las redes del enajenamiento; sintiendo el latir de la tierra.